jueves, 28 de enero de 2016

197 // Al otro lado del mar

Anoche volvimos a zarpar del puerto de Civitavecchia hacia Barcelona.
El mar estaba sereno y yo con él, feliz de poder volver a casa.

He aprendido mucho durante este viaje que hemos hecho juntos. He viajado en el espacio y en el tiempo, hacia los días en los que dabas tus primeros pasos, en los que pronunciabas tus primeras palabras. Ahora sé mucho más de tí. Y de mí.

El mundo me odiará por querer negar lo que hay entre tú y yo. Tú me odiaras. Quizás me odiaré yo misma. Paradójicamente eres tú quien me compró ese libro, quien me empujó a pensar en mi propio ser y en mi propia felicidad. Te das cuenta de que desde hace años ya te escribo tan solo a tí, que escribo tan solo de tí? Algún día cuando ya dejes de odiarme, cuando todas las malas emociones se calmen, te lo dejaré leer, y verás que es lo que sentía y por qué he tomado estas decisiones.

He sido feliz contigo. Me entiendes y te entiendo. Me encanta tu familia. Me gusta tanto tu país. Te admiro y te apoyo siempre cuando necesitas una mano para conseguir tus metas y acercarte a la persona que quieres ser. Me he olvidado de mi misma. De mis propias necesidades, de mi propio ser.

Mi amiga hoy me dijo que es inseguridad. Puede ser. Me estaba negando el derecho de ser feliz. Ambos sabemos porque. Pero ya he pagado mis deudas. No es verdad que no puedo luchar por conseguir mis sueños. Ahora lo voy a hacer.