sábado, 31 de mayo de 2014

188 // momentos importantes

"Lo malo - o lo bueno - que tienen los momentos importantes de tu vida es que casi nunca te enteras de que lo son" 
Arturo Pérez Reverte

Właśnie teraz, kiedy siedzę tutaj, zamknięta w czterech ścianach nie mogąc wyjść, kiedy jestem sama ze wszystkim, zaczynam czuć tak mocno jak czułam przed laty. Zaczynam bać się tych uczuć, dochodzę do tylu zaskakujących wniosków, próbując ulepić życie, które chyba nie istnieje. Powinnam teraz po prostu to zakończyć. Napisać jednego maila i zniknąć. Pewne rzeczy bolą.


Kobieta czasem zadaje pytania i nie chce poznać prawidłowej odpowiedzi. Ja już w pewnym sensie się poddałam. Walczę o poprawność ale moje usposobienie, mój charakter buntuje się przed tym. Pracuję nad sobą, zmieniam się - na siłę. Zmieniam się na siłę. I czuję jak wypruwam sobie flaki na darmo.

A wszystko zmienił jeden krótki film, który zobaczyłam. Fragment pewnego wywiadu z francuskiej telewizji. Udaję, finjo que me da igual, que no me importa. Bo widzę to co chciałabym zobaczyć w NIM. Widzę to co przed laty straciłam i to ciągle jest gdzieś wewnątrz mnie.

To dlatego dziś mnie poniosło, cała lawina słów, szybkich, spontanicznych. Bo przecież kocham, bo to JEST MIŁOŚĆ, autentyczna, szczera, spontaniczna... cała ta historia, wyśpiewałam ją jakbym chciała samą siebie przekonać, że mam rację. Dlaczego czuję, że nie jest tak jak czasem myślę, że jest?

Wszystko zaczęło się od bohatera tego francuskiego wywiadu. Nie potrafię znów spojrzeć mu w oczy. Minęło tyle lat, cała wieczność. A ja czuję jakbyśmy widzieli się wczoraj, jakbym to wczoraj go kochała, jakbym wczoraj wychodziła za niego przed Bogiem. 

Boli. Bolą wszystkie błędy, które popełniłam i wciąż popełniam. Boli to, że wyjechałam i boli nieświadomość przyszłości. Boli, że między mną a NIM nie ma telepatii. Gdzie leży granica prawdy?

Będę dalej optymistką. Będę dalej walczyła o to, by być dobrą muzułmanką. Dobrym człowiekiem, Insh'Allah.
No podría rendirme, no me rendiría jamás.
Chciałabym wiedzieć jakie decyzje podjąć, jak posklejać to życie, które rozpadło mi się na kawałki. 

sábado, 17 de mayo de 2014

187 // l'amore

Ho tanta voglia di parlare. Di urlare il tuo nome al vento... forte, tan forte che tutti possano sentirmi. La voce di una ragazzina innamorata, una donna perduta. Mi piacciono tanto i sonni perchè riflessano il mondo in cui io voglio vivere.
Mai avrei pensato ad essere così. Mai mi avrei immaginato che questa storia fosse così.

Tutto sembra stare bene, semplicemente bene. E per me il silenzio è veneno che uccide l'emozioni quando sei a tremila chilometri di me.

Non sei parte della mia vita, mi siedo e comincio a pensare al mondo, a tutte le cose che faccio e non ci stai. Ed io vorrei che ci fossi... Com'è possibile che la gente prenda queste decisioni? Com'è possibile che io non sia capace d'intuire quello ch'è ovvio?

T'estimo.
Em fas falta i no ho saps o potser no ho vols saber. No tens temps per saber-ho.
No puc canviar les teves decisions, no puc seguir fingint que formo part d'elles.

viernes, 16 de mayo de 2014

186 // el olor a miedo

El miedo tiene un olor muy particular. Hay quienes se atreven a luchar con él, yo lo hago. Porque yo lucho contra todo, así como me enseñaron cuando era niña.
- Lucha - me decían - el mundo es tal como tú quieres que sea y tu vida es tuya, no es de nadie más.
Yo tenía diez o doce años y no entendía nada.
Luego me decían que España era mala. Y casi me lo he creído.
Tenía mucho miedo a veces cuando sentía disparos muy cerca de mí, cuando veía miles de personas combatiendo, unas contra otras en nombre de una ideología que yo he asimilado sin entenderla.
Me he equivocado tantas veces.
Hay veces que siento que toda mi vida es una gran equivocación porque hay más cosas que hice mal que las que hice bien.
Sigo sonríendo porque a lo largo de mi vida he conocido a tantas personas deprimidas, con una vida aburrida, transparente. Amargados, cansados, heridos, desconfíados. Somos millones y cada uno de nosotros tiene un destino.
Sigo siendo una optimista, porque la vida es así. Hiere.
Me encanta poder abrazar a los que sufren, sentir que les transmito mi tranquilidad, la paz interior que llevo dentro después de largos años de combatir.
Gracias a Dios, EL más GRANDE, por tantas oportunidades y tantos momentos por los que valió la pena vivir todo el resto.

***

El guardia me inmovilizó las muñecas y me arrastró por la escalera. Bajamos hacia el sótano estremecedor de la prisión de Montjuïc. Olía a miedo, a una humedad sucia que llenaba los pulmones impidiéndoles respirar. Tosí.
 - Te tendrás que acostumbrar, que vas a inhalar este aire durante largas semanas - me dijo el policía en tono de desaire y se río.
Hice otro intento de aspirar un poco de aire, en vano. Me atraganté con el tufo que desprendían aquellas paredes desaseadas. Intenté reconocer cada uno de los olores que me rodeaban y decidí que era algo entre orina, sudor seco, sangre vieja y el espanto sofocante de todos los prisioneros amontonados en las celdas, muy pequeñas para que quepan todos.
El musgo que cubría el suelo del pasillo esparcía un hedor que penetraba la nariz, se instalaba muy dentro del aparato respiratorio y se quedaba allí, contagiando todo mi cuerpo. Advertí que había algunas ventanas, pero no traían ningún alivio, estaban todas cerradas y enrejadas, lo cual impedía que entrara siquiera un soplo de aire fresco desde el exterior. Mi corazón se aceleró, empecé a ahogarme con el pánico y ese aire espeso, viejo y fétido, inútil para respirar. Los presos me lanzaban miradas mordaces y odiosas que aumentaban el terror que invadió mi cuerpo.
El guardia risoteó con satisfacción y me empujó hacia una de las celdas. Con asombro me di cuenta de que no había nadie más, estaba sola. Estas condiciones excepcionalmente buenas me olían a trampa.
Me senté en el rincón, en el suelo, drogada con este aire nauseabundo, esperando todo lo peor.
Sin embargo, ni siquiera en sueños me habría imaginado lo que pasó después.


viernes, 9 de mayo de 2014

185 // el piso del carrer Consell de Cent

Abrí la puerta de un empujón suave y me adentré lentamente. El piso estaba oscuro. En la sala de estar, al final del pasillo podía intuir una luz tenue que procedía de la calle. Un rayo tímido que iluminaba el mobiliario a través de las cortinas. Todo tenía el mismo aspecto que hace cinco años cuando apenas empezamos a vivir allí, como si la guerra no hubiese estallado nunca. A las viviendas no les interesaba la política.

En la entrada había un largo pasillo cuyas paredes estaban cubiertas de papel pintado de un verde tirando a gris, un poco descolorido. En el suelo de todo el piso había baldosas de un color grisáceo y un estampado chillón que se veía fatal. Pero a nosotros nos gustaban aquellos pisos viejos con tejados altos que eran tan acogedores, pintorescos, un poco surrealistas. Me adentré en el salón y le eché un rápido vistazo a todo lo que me circundaba. La habitación era muy grande y luminosa, enfrente del pasillo había una ventana que daba a la calle. En el centro de la habitación emplazamos un sofá tapizado con una tela oscura, gruesa y un poco áspera. Lo cubríamos siempre con una manta fina y medio transparente. A sendos lados del sofá había un sillón a juego y frente a todo una pequeña mesa rectangular de madera que usábamos para servir café o tartas cuando venían los invitados. Comíamos en la otra mesa, que se hallaba a la izquierda del pasillo. Al otro lado instalamos unas vitrinas y estanterías de madera en las que coloqué la colección de cerámica italiana que me había regalado mi madre el día de la boda. Junto a este tesoro guardábamos otros más, los recuerdos de nuestra vida en común.
Mi mente sobrevolaba todos aquellos años en los que acumulábamos el mobiliario del salón, con cariño traíamos cada pieza a nuestra casa para alojarla en un lugar cuidadosamente elegido. Estos pensamientos hicieron que me armé en valor y me afirmé aun más en la convicción de que no me iría de aquí, ahora no podía hacerlo.

sábado, 3 de mayo de 2014

184 // prigioniera

Tú mismo me dijiste, que ser prisionero de si mismo no significa ser un egoista, significa sentirse solo.

No me he olvidado de esta frase porque es cierta.
Lo que pasa es yo funciono al revés. Cuando me siento sola me convierto en la prisionera de mis propias debilidades. Creo que todo es muy diferente de como debería ser.

Desaparezco. Nunca antes lo había hecho. Soy una perfecta negación de lo que me enseñaban mis padres cuando era pequeña.
Después de tantos años que pasé luchando, me cansé, no quiero luchar más.

Me escondo en mis mundos alternativos, en la vida de Meritxell.
Rechazo esta realidad.

Me siento irreal. Como una figura de bronce. Inhumana.

viernes, 2 de mayo de 2014

183 // vai fuori, brujo!

Ma che si è rotto, che cazzo si è rotto? Dimmi, spiegami...

Puedo caminar, veo como todo gira a mi alrededor. Vuela, vuela alto. La tranquilidad.
Los segundos se alargan, como si fueran días.

Me doy vueltas, y vueltas. Como en aquella playa solitaria de Nerja, una noche de septiembre. Solo nosotras, felices, nosotras las hippies y la nada, bailando entre las hamacas, gritando:
- Vai! Adesso vai fuori, vai lontano, noi non ti vogliamo più!
Sonríes.
Allí entre Andalucía y Mallorca, entre el pasado y el futuro de este mismo mar, siempre nuestro. Te paseas entre mis putos días, entre aquellas calles que desconoces, entre la mierda, entre la nada.

- E vai. Vai fuori, dove vuoi, sempre tu e la tua vita, solo tu e la tua vita. E nessuno di più, non c'è nessuno che possa entrare.
Yo solo pienso en ellas. Imagínate lo difícil que es no saber. Te sientas en un sillón, tiritando. Te ríes. Y duele. Cierro los ojos, tan feliz. Nunca había sentido algo así, llorar sonríendo, y todo es tan bello, y todo flota a mi alrededor, y esta cicatriz florece, como si fueras de miel.
Y ella, está allí, en medio de tus palabras y mi intuición. Sirena. Y avanza, más bruja, más allá, hacia nuestro mundo mejor.

Quiero correr hacia tí. Estás allí, nunca te has ido. Como aquella noche de septiembre en el sofá, bebiendo vino, solos tú y yo, tan vagos, tan aburridos, intercambiando ´tequieros´ entre aquellos libros viejos y el olor a polvo.

Qué se ha roto?
Me levanto de un salto, espantada:
- Que et vagis, bruixot! Que fas enmig dels meus malsons? Io non ti ho lasciato entrare.
E vai. Vola!

Saltar. Aquellas olas frescas, me ahogo y respiro, salgo del mar. Sirenas sin alas ya... ya está.
La felicidad. Salgo al balcón y me estiro, aspirando el color de este aire, sin más.

No es que el escritor elija en qué lengua escribe, es la lengua la que elige al escritor.
A veces no digo nada pero siento, lo siento tan profundo, atraviesas mi corazón, y me callo, conmovida.