domingo, 8 de marzo de 2015

196 // Port Vell

No puedo dejar de rumiar aquella canción. Desde hace ya cuatro años. Me creerías si te dijera que para mi estos cuatro años no han pasado nunca? Hace ya mucho que no me siento como hoy, antes no tenía estas ganas enormes de dejarlo de lado, olvidar, retroceder en el tiempo y volver a vivir aquella Barcelona de hace tantísimos meses y siendo una niña. Una adolescente perdida pero firme en sus convicciones, un poco ingenua pero buena. Y nunca hacer el mal que les he hecho a todos y a mi misma.

Maldigo el día en el que he permitido que me atraparas en tu red. Y estoy flotando. Y me paro. Me paro a observar las gaviotas. El viento es muy frío hoy. Pienso que casi me he olvidado de como olía el Port Vell.
Los segundos son tan lentos que duran años.
Y repaso las pestañas de tus ojos. Me aprendo de memoria el latido de tu corazón. Sé que no pertenezco aquí, que no soy de aquí.

 De dónde han salido estas ganas de dejarlo todo? Finalmente sumergirte en la profundidad del egoismo. Sabes que no lo entiende nadie, que no lo quiere entender. Eres solo una provincia, un callejon sin salida. Quieres librarte. Y en vez de eso solo caes más y más en la inercia. Se te helan las manos.

La batalla más dificil es la que tengo que librar conmigo misma.

martes, 27 de enero de 2015

195 // Tornar

Tornar. Tantes tornades. Y llegaron estos días tan esperados. LA FELICIDAD. Soy feliz. Nos hemos hecho tanto daño, y nos hemos mimado tanto. Acaso no hay que equivocarse a veces para aprender a vivir. !Ay, mi moreno! Ya me di cuenta de que mi vida no ha de ser tan simple... una boda, una casa, unos niños, un marido sonriente volviendo del trabajo y yo esperándolo con un plato de macarrones a la boloñesa... No somos así. Somos imperfectos. Dos desconfíados escondidos en sus corazas. Tu allí en la tierra andaluza, yo de vuelta en Cataluña. Y cada vez que voy a la estación de Sants a leer en la tabla de llegadas - Málaga María Zambrano via cuatre. Dios nos ha regalado otra oportunidad. A mi me ha regalado la vida en la tierra que tanto echaba de menos y tanto deseaba volver a ver. Nunca olvidaré la melancolía de aquellos días sombríos que a mis quince o dieciséis años me obligaron a vivir en una tierra lejana y fría a la que no pertenecía. Tantas lágrimas que derramé. C'est tout passé. Aquí estoy, moretto, tan felice. Sin poder luchar con lo nuestro. Lo vivo y lo observo. Cada noche que puedo dormir tan tranquila abrazada a tu piel acunada con tus respiros. Estamos destinados el uno al otro y al mismo tiempo nos está prohibido este amor. ¿Cuando aprenderemos a callar en vez de seguir luchando siempre? Eres otra parte de mi propio ser, no hace falta que digas nada para que te entienda, no tienes que hacer nada para que sepa que es lo que pretendes. Y ahora te entiendo. Entiendo tu impotencia frente a esta situación que hemos complicado tanto. Tienes que aprender muchas cosas y te las haré ver. Pero ya se que a los cuarenta y tantos años te arrepentirás de que no hayas deseado lo mismo que yo: una casa, una boda... Però ja no podrem tornar.