lunes, 9 de junio de 2014

191 // en cuerpo y alma

No sabría decirte donde estoy ahora, no lo sé. El mundo es una masa correosa, multicolor. Me siento aún más absurda de lo habitual. Me despierto por la mañana, me levanto, me lavo la cara, vamos... Salgo y siento que no puedo más sin ti, que mi realidad es tan tremendamente vacía si no estás. Y se van volando las riñas, todos los reproches. Todo lo malo deja de existir, porque lo que hay entre nosotros es bueno.
´¿Escribirías si no fuera por tu dolor?´ - me preguntas. Intentaría escribir. Escribiría palabras secas, quizás algo más.
Nunca en mi vida había echado de menos a nadie tanto como te echo de menos a tí estos días. Es un sentimiento indescriptible, un hormigueo dentro de mis huesos, una piedra grande en mi estómago. Me paso horas y horas contando los días que quedan para vernos: veinticinco. V-e-i-n-t-i-c-i-n-c-o. Y todos los días que hubieron de transcurrir desde que me diste el último beso en el aeropuerto de Ciampino: ciento trece. Ciento trece mañanas sin tu piel junto a mi piel, sin tus besos, sin tus ojos oscuros mirándome dormir.

Aquí ya no soy yo, amor. Aquí nunca fui yo.
Resulta que no soy tan mala actriz como me parecía-.

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